Edward Palmer Thompson. Un historiador nada convencional
The Guardian
Traducción para Sin Permiso de Lucas Antón. |
Hace cincuenta años, un
obscuro historiador que trabajaba en el departamento de Educación para
Adultos de la Universidad de Leeds entregó, con retraso y un grosor
mayor de lo esperado, un manuscrito a Victor Gollancz - editorial
entonces especializada en ensayo socialista e internacionalista. Nadie
podía haber previsto la recepción del libro. The Making of the English
Working Class [La formación de la clase obrera en Inglaterra, Capitán
Swing, Madrid, 2012], de E. P. Thompson, se convirtió en un descomunal
éxito comercial y crítico. La demanda de este mamotreto de 800 páginas
fue ni más ni menos que notable. En 1968, Pelican Books compró los
derechos de The Making. y publicó una versión revisada como volumen
número mil de su catálogo. En menos de una década se reeditó cinco
veces.
Cincuenta años después, todavía sigue en catálogo, como
obra canónica de historia social. No era el primer libro de Thompson.
Había aparecido una historia de William Morris en 1955, recibida con la
indiferencia que le cabe en suerte a la mayor parte de las monografías
académicas. Después de The Making. vino Whigs & Hunters, un libro
sobre las Black Acts [Leyes Negras], la infame legislación de la época
georgiana que criminalizaba no solo matar ciervos sino cualquier
actividad sospechosa que pudiera dar indicios de la intención de matar
ciervos. A esto le siguió una serie de originales ensayos sobre temas
diversos, entre ellos el tiempo y el capitalismo industrial, las
revueltas del hambre y la venta de esposas (sí, en el siglo XVIII los
hombres llegaban de verdad a llevar a sus mujeres al mercado y
"venderlas"). Una y otra vez, Thompson se mostró capaz de abordar nuevos
temas y volver sobre los antiguos con enfoques nuevos, creando un
corpus de obras que era a la vez original y de enorme influencia.
Y
sin embargo, Thompson no fue nunca un historiador convencional. Sus
muchos años en Leeds no transcurrieron en el Departamento de Historia
sino en el de Educación para Adultos. Su puesto de titular en la recién
creada Universidad de Warwick fue breve: renunció justo seis años
después de haber aceptado la plaza, disgustado por el giro comercial que
estaba adoptando. Perenne hombre de letras, acompañó su renuncia de un
extensor opúsculo en el que delineaba sus objeciones intelectuales
[Warwick University Limited. 1971]. El resto de su vida lo dedicó a una
serie de causas políticas. Thompson fue miembro activo del Partido
Comunista en los años 40 y 50, y fundador del Grupo de Historiadores del
Partido Comunista en 1946. Formó parte del éxodo masivo del Partido que
siguió en la década de los 50 a la invasión soviética de Hungría, pero
siguió estrechamente aliado a toda una serie de movimientos de
izquierda. Hacia finales de la década de los 70, Thompson desempeñaba un
papel clave, lo mismo como incansable organizador que como mascarón de
proa intelectual en el naciente movimiento por la paz, causa de la que
siguió siendo devoto hasta su muerte en 1993. La suya fue una vida de
activismo, tanto como de investigación académica.
Pero por
encima de todo sigue descollando The Making., con ese prólogo que de
modo tan memorable declaraba la intención del libro de "rescatar al
pobre calcetero, al cosechador ludita, al 'obsoleto' tejedor con su
telar a mano, al artesano 'utópico' y hasta al crédulo seguidor de
Joanna Southcott [profetisa religiosa de finales del XVIII] del enorme
desdén de la posteridad". El mítico estatus del libro no debería
distraernos de la franca originalidad de la obra. En 1963, tejedores y
artesanos no solían ser material de los libros de Historia.
Historiadores sociales pioneros llevaban estudiando a los trabajadores
desde principios del siglo XX, pero su enfoque seguía concentrándose en
lo tangible, lo mensurable, lo "significativo": salarios, condiciones de
vida, sindicatos, huelgas, cartistas.
Thompson abordaba los
sindicatos y los salarios reales, por supuesto, pero la mayor parte de
su libro estaba dedicado a algo a lo que él se refería como
"experiencia". Mediante un paciente y extenso examen de archivos tanto
locales como nacionales, Thompson había puesto de manifiesto detalles
sobre costumbres y rituales de los talleres, conspiraciones fallidas,
cartas de amenaza, canciones populares y carnés de clubes sindicales.
Recogió en los archivos lo que otros habían considerado sobras y las
interrogó para ver qué nos contaban acerca de las creencias y objetivos
de quienes no estaban en el bando de los vencedores. Aquí y allí había
un libro que divagaba sobre aspectos de la experiencia humana que nunca
antes habían tenido su historiador. Y el momento de su aparición casi no
podía haber sido más afortunado. La década de 1960 fue testigo de una
agitación y expansión sin precedentes del sector universitario, con la
creación de nuevas universidades repletas de profesores y estudiantes
cuyas familias no habían tenido tradicionalmente acceso al privilegiado
mundo de la educación superior. Poco puede extrañar, por lo tanto, que
hubiese tantos que sintieran una especial afinidad con los marginados y
perdedores de Thompson. Y había algo más. A lo largo de The Making.
discurre una ira mordaz frente a la explotación económica y sólidos
comentarios sobre los tiempos de su capitalismo. Thompson rechazaba la
noción de que el capitalismo fuera inherentemente superior al modelo
alternativo de organización económica que substituía. Se negaba a
admitir que los artesanos se hubieran quedado obsoletos, o que su
aflicción fuera un ajusto doloroso pero necesario a la economía de
mercado. Era un argumento que gozaba todavía de una amplia resonancia en
los años 60, cuando los intelectuales marxistas podían creer todavía
que existía una alternativa realista al capitalismo, podían aducir que
no se había ensayado adecuadamente el "verdadero" marxismo.
Aparecido
en el apogeo del marxismo académico, el marco político de The Making.
estuvo en la entraña del éxito del libro. Acaso su mayor logro, con
todo, estribe en cómo ha logrado capear la posterior caída en desgracia
académica del marxismo. Para la década de 1980, la historiografía
marxista ya no mantenía una posición relevante en los departamentos
académicos de Historia. Desde entonces, ha estado a la defensiva.
Repasando la discusión literaria entre Thompson y el filósofo polaco,
Leszek Kolakowski - que, después de años vivir bajo el comunismo, había
tenido la temeridad de desertar de las banderas del marxismo - Tony Judt
observó que "Nadie que la lea volverá a tomarse jamás en serio a E. P.
Thompson". Y sin embargo, claro que seguimos tomándonos en serio a
Thompson. Más que cualquiera de sus libros, The Making. continúa
deleitando e inspirando a nuevos lectores. Por supuesto, la
investigación académica de Thompson era parcial y se movía de acuerdo
con su política. Pero la originalidad, el vigor y la iconoclastia de su
libro harán que con seguridad perdure.
Emma Griffin, profesora
de Historia en la Universidad de East Anglia, es especialista en la
historia social y económica de Gran Bretaña entre 1700 y 1870. Autora de
A Short History of the British Industrial Revolution, y Blood Sport: A
History of Hunting in Britain, acaba de publicar Liberty´s Dawn: A
People´s History of the Industrial Revolution (Yale University Press).
Fuente original: http://www.guardian.co.uk/books/2013/mar/06/ep-thompson-unconventional-historian
Fuente de la traducción: http://www.sinpermiso.info/articulos/ficheros/thom.pdf