jueves, noviembre 13, 2008

Entrevista al historiador Georges Duby


Entrevista al historiador Georges Duby. Publicada en la revista electrónica Label_France. No. 27. (03/1997)

Era uno de los pilares de la escuela histórica francesa, un especialista inigualable de la Edad Media, un modesto y generoso erudito que supo comunicar al público no especializado su pasión por una época poco conocida y tachada de austera. Homenaje.

Con la desaparición de Georges Duby, fallecido el 3 de diciembre de 1996 a la edad de setenta y siete años, en su casa de Provenza, al sur de Francia, al pie de la montaña Sainte Victoire tan querida por Cézanne, también la Edad Media está en duelo. No toda la Edad Media, deberíamos precisar, pues cada vez que se interrogaba al autor de Tiempos de catedrales -sin duda su obra más representativa, publicada en Francia en Gallimard en 1976 - insistía en especificar que se limitaba al periodo del siglo X al XIII.

Y no por no haber redactado obras que se remontan a los carolingios (reyes de Francia, entre los años 751 y 987) o que abarcan la dinastía de los Valois (que reinaron de 1328 a 1589), sino porque los tres primeros siglos de la Francia de los Capetos1 eran realmente sus predilectos. ¿Acaso no confió incluso con toda naturalidad que consideraba al monje Raoul Glaber, que vivió en el siglo XI, como uno de sus "colegas" por haber hecho labor de historiador?

Georges Duby era, como vemos, una persona modesta, de ese tipo de modestia adquirida tras haber aprendido y haber enseñado mucho, y tras haber, también, conocido los honores en el seno de la familia de medievalistas, que lo designan desde hace ya tiempo como uno de sus maestros indiscutibles.

Nacido en París en 1919 en una familia de artesanos, cursó sus estudios en el instituto de Mâcon (Borgoña) donde más que la historia propiamente dicha era la geografía su asignatura predilecta. Sin duda algo quedó de aquella primera afición cuyo rastro encontramos en sus estudios sobre la sociedad urbana rural, incluso en su tesis sobre La Sociedad en los siglos XI y XII en la región de Mâcon. Es cierto que la Escuela de los Anales2, de la que será uno de los discípulos más brillantes, impulsada por Marc Bloch y Lucien Febvre primero, y por Fernand Braudel después, invita al historiador a ir más allá de la historia y a completar su visión con otras disciplinas anexas.

Tras obtener la cátedra de letras en 1942 y de unos pocos años en la enseñanza, efectúa una carrera universitaria ejemplar que le lleva de un puesto de auxiliar en la universidad de Lyón, a Besançon y finalmente a Aix-en-Provence a inicios de los años 50. Se instala allí con su esposa, Andrée, que fue mucho más que mera consejera, y con sus tres hijos.

Le gusta realizar largos recorridos por esa tierra roja de la garriga que rodea a Aix, y de la que se impregna de vez en cuando , plantando su caballete, pues al historiador también le gusta pintar. Amigo de los pintores Pierre Alechinsky y Pierre Soulages, Georges Duby, historiador de arte medieval (véase su San Bernardo, El arte cisterciense y Europa en la Edad Media, Arte románico y gótico, publicados en Francia en la edit AMG en 1976 y 1979), tenía talento. Le enorgullecía recordar, con su mirada azul y jubilosa bajo sus cejas espesas, que había sido premiado en un concurso general de dibujo.

Pero no debemos olvidar que es en Aix donde crea y anima un centro medievalista de alto nivel, cuya proyección pronto será internacional. Allí comienza su fama. En 1970 pasa a formar parte del prestigioso Colegio de Francia3, donde ocupa la cátedra de historia de las sociedades medievales hasta 1992. En 1974 entra en la Academia de Inscripciones y Bellas Letras, y en 1987, en la Academia Francesa. Pero no sólo hay distinciones honoríficas y obras escritas. Como hombre de comunicación, Georges Duby preside la cadena cultural francoalemana, La Sept, la futura Arte.

Esta acumulación de honores no consigue perjudicar la serenidad de un erudito de absoluta discreción, siempre reservado, silencioso y refinado, que huía como de la peste de la ostentación y de las vanas palabras. Basta con leer su obra para darse cuenta de que rechaza la jerga y de que domina la lengua con un estilo puro y comedido que se aprecia perfectamente en su última obra, la trilogía sobre las Damas del siglo XII (Francia, Gallimard, 1996).


El placer del texto

De hecho, no concebía la historia más que bajo el prisma de lo bello, e incluso del sueño, de la imaginación, a falta de la imposible objetividad. Un día declaraba al diario Le Monde, que era preciso que la historia volviese a ser "lo que era en el siglo XIX, en tiempos de Michelet4: un género literario". No se desprecia el placer del texto.


Y así es como Duby, elegante prosista, fue un medievalista maravilloso que sabía también sensibilizar al público no especializado sobre los encantos remotos de los siglos XI y XII, especialmente gracias a la adaptación a la televisión de su obra Tiempos de las catedrales. La obra escrita es vasta, llega a tratar temas de arte o relativos a la organización de la sociedad (Los tres órdenes o lo imaginario del feudalismo, Gallimard, 1978) y a las estructuras conyugales (El caballero, la mujer y el cura, Hachette, 1981). Una producción abierta a los todos los vientos de la Francia de los Capetos1, a los miedos colectivos (El Año mil, Julliard, 1974, y Año 1000, año 2000. Tras las huellas de nuestros temores, Textuel, 1995) como al amor cortés, que a juzgar por lo que afirma, era más bien un ardiz del que se servía el caballero para acercarse a su señor más que una ciega veneración por la mujer amada (Mâle Moyen Age, Flammarion, 1988).


A pesar de pertenecer a la Escuela de los Anales, donde no se valora ni mucho menos el género biográfico, Georges Duby fue autor de un estudio sobre la bella figura de caballero que representa Guillermo el Mariscal (Fayard, 1984), y uno de los primeros en reintroducir el acontecimiento que durante un tiempo ha estado desterrado de la historiografía (El domingo de Bouvines, Gallimard, 1973). Una manera de reconciliar a los partidarios de la "nueva historia" con los incondicionales de los relatos de batallas y retratos de grandes personajes, "la historia de las estructuras y la historia de los acontecimientos", citando la expresión del mediavalista Jacques Le Goff.

Hasta el final Georges Duby habrá ayudado a comprender la Edad Media, a disipar las tinieblas, a aclarar el espacio social y los fenómenos de mentalidades, pero además a sondear el cuerpo y el alma del constructor de catedrales, de la dama cortejada, del caballero errante, del clérigo erudito, del vasallo campesino, identificando a la vez todo aquello que podía expresar modernidad. Nos habrá enseñado que por muy alejadas de nosotros que estén aquellas "almas muertas", arrancadas por fin de los retablos y de las iluminaciones que conservan su memoria, aún tenían cosas que decirnos.

    Daniel Bermond

1. Dinastía de reyes que reinó en Francia de 987 a 1328.
2. Fundada en 1929 por Marc Bloch y Lucien Febvre, la Escuela de los Anales que dio lugar a la "nueva historia" agrupa a varios historiadores que, en reacción a la historia tradicional dominada por los acontecimientos y los personajes políticos individuales, dieron preferencia a una historia de estructuras, mentalidades y de larga duración, ampliando su disciplina con otras ciencias humanas. Véase el retrato de Fernand Braudel en el n° 23 de Label France.
3. Establecimiento creado en París, en 1530 por Francisco I para dispensar una enseñanza libre.
4. Jules Michelet (1798-1874), autor de una monumental Historia de Francia y de una magistral Historia de la Revolución Francesa, es uno de los padres de la historia francesa contemporánea, famoso por el carácter literario y épico de su estilo.

Bibliographie choisie

  • Guerreros y campesinos, Gallimard, París, 1973.
  • Los Procesos de Juana de Arco (con Andrée Duby), Gallimard, 1973.
  • La Edad Media, primer tomo de la Historia de Francia (en 5 tomos), Hachette, París, 1987.
  • La Historia continúa, Odile Jacob, París, 1991.
  • Pasiones comunes (con Bronislaw Perrot), Plon, París, 1992.
  • Images de femmes (avec Michelle Perrot), Plon, Paris, 1992.

Georges Duby ha dirigido entre otras cosas la Historia de la Francia urbana (Seuil, 1985), codirigido con Michel Laclotte la Historia artística (Seuil, 1995), con Michelle Perrot la Historia de las mujeres en Occidente (en 5 tomos, Plon, 1990), y con Philippe Ariès la Historia de la vida privada (en 5 tomos, Seuil, 1985).

1 comentario:

Anónimo dijo...

sencillamente explendida la obra del maestro Duby, nos puso a pensar de manera distinta el oficio del historiador, y de la belleza que esconden las fuentes de la historia...