En el 2001, el partido derechista español, Partido Popular
pretendió realizar una reforma en los libros de texto de historia, dando su
verdad histórica de la realidad del país.
La pretensión tuvo una respuesta contundente. Los principales historiadores del país se
manifestaron en contra, hubo pronunciamientos de la Real Academia de historia
de España, y de los diferentes departamentos universitarios de historia.
El Ministerio de Educación español desoyó a todos los
autores sociales, descalificándolo a los opositores como como 'muy radicales' y
'muy nacionalistas'. La derecha
española, neoliberal, promotora de la desigualdad y auspiciadora de una nefasta
estandarización social quería imponer su verdad y su concepción de
historia.
La reforma del PP se hacía en un contexto para 'añorar la
época de la dictadura franquista; el ideal de imponer una historia de España de
forma 'tergiversada' y 'desde una visión única, grande y libre'.
Hoy en el país se trata de implementar una dura reforma educativa
en la enseñanza de los Estudios Sociales, la cual en Costa Rica reúne la
enseñanza de la historia y la geografía como base de lo que en otros países se
llama la enseñanza de las ciencias
sociales,
Bajo los ejes denominados Costa Rica prospera; verde,
solidaria, civilista y ciudadana se articulan bajo un imaginario histórico,
basada en estereotipos, prejuicios, discriminaciones, invisibilizaciones
sociales. La historia que se pretende
enseñar en las aulas es aún más cruel que la que tenemos hoy en día, donde no
existen grupos minoritarios, donde la historia es hecha por grandes hombres, y
con una enseñanza de historia que fomenta la apatía social. Los nuevos planes superan los anteriores, pues,
mejoran la invisilización de los que han
luchado contra la injusticia social, los juicios a los supuestamente perdedores
son aún mas categóricos al enunciar su derrota; castra la utopía, la criticidad
y las alternativas para sumar todo a un inmovilismo social.
Posiblemente, Costa Rica no sea España donde la Academia de la Historia se pronuncie contra
la falsificación de la historia; posiblemente no tengamos historiadores que se
enfrenten a la vergonzosa manipulación de la memoria histórica y posiblemente
no tengamos historiadores que denuncien en grandes foros, pues el sistema
institucional y los medios periodísticos no están diseñados para el debate y confrontación
de ideas. La institucionalidad verticalista
y los medios dominados por intelectuales orgánicos se encargaran de esterilizar,
enfriar y hasta extirpar las voces
alternativas.
A pesar de ello, es digno rescatar a dos entes: la Asamblea
de la Escuela de Historia de Universidad Nacional, y la Comisión Compartida de
los Estudios Sociales y la Educación Cívica de la Universidad de Costa Rica, a
la que pertenezco, que han sabido manifestar su posición contra alas
manipulaciones del nuevo plan de estudios.
Los fuertes pronunciamientos de la Escuela de Historia de la Universidad Nacional
y de la Comisión Compartida de Estudios
Sociales y Cívica han sido contundentes en desestimar la nueva reforma. Y han dado paso en colaborar con la reforma educativa. A este esfuerzo ha surgido un inédito
movimiento de profesores de segunda enseñanza, sindicatos y asociaciones que se
han ofrecido en participar en un verdadero proceso de reforma curricular,
En España el verticalismo neoliberal y sus manipulaciones cedieron….
En Costa Rica queda todo un espacio para ver cómo se moverá la institucionalidad
educativa. Lo anterior, abre un nuevo
escenario para revertir la privatización de planes de estudio, asesoramientos, impresión
y creación de libros de texto y bueno retornar a la idea de una educación pública
de calidad, como realmente se merece este país.
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