domingo, enero 26, 2014

UNA REFORMA EN LA ENSEÑANZA DE LOS ESTUDIOS SOCIALES QUE NO CONOCE EL SENTIR DE LA HISTORIA.




En el 2001, el partido derechista español, Partido Popular pretendió realizar una reforma en los libros de texto de historia, dando su verdad histórica de la realidad del país.  La pretensión tuvo una respuesta contundente.   Los principales historiadores del país se manifestaron en contra, hubo pronunciamientos de la Real Academia de historia de España, y de los diferentes departamentos universitarios de historia.

El Ministerio de Educación español desoyó a todos los autores sociales, descalificándolo a los opositores como como 'muy radicales' y 'muy nacionalistas'.  La derecha española, neoliberal, promotora de la desigualdad y auspiciadora de una nefasta estandarización social quería imponer su verdad y su concepción de historia. 

La reforma del PP se hacía en un contexto para 'añorar la época de la dictadura franquista; el ideal de imponer una historia de España de forma 'tergiversada' y 'desde una visión única, grande y libre'. 

Hoy en el país se trata de implementar una dura reforma educativa en la enseñanza de los Estudios Sociales, la cual en Costa Rica reúne la enseñanza de la historia y la geografía como base de lo que en otros países se llama la enseñanza de las ciencias  sociales,

Bajo los ejes denominados Costa Rica prospera; verde, solidaria, civilista y ciudadana se articulan bajo un imaginario histórico, basada en estereotipos, prejuicios, discriminaciones, invisibilizaciones sociales.  La historia que se pretende enseñar en las aulas es aún más cruel que la que tenemos hoy en día, donde no existen grupos minoritarios, donde la historia es hecha por grandes hombres, y con una enseñanza de historia que fomenta la apatía social.  Los nuevos planes superan los anteriores, pues, mejoran la invisilización  de los que han luchado contra la injusticia social, los juicios a los supuestamente perdedores son aún mas categóricos al enunciar su derrota; castra la utopía, la criticidad y las alternativas para sumar todo a un inmovilismo social.

Posiblemente, Costa Rica no sea España donde la  Academia de la Historia se pronuncie contra la falsificación de la historia; posiblemente no tengamos historiadores que se enfrenten a la vergonzosa manipulación de la memoria histórica y posiblemente no tengamos historiadores que denuncien en grandes foros, pues el sistema institucional y los medios periodísticos no están diseñados para el debate y confrontación de ideas.   La institucionalidad verticalista y los medios dominados por intelectuales orgánicos se encargaran de esterilizar, enfriar  y hasta extirpar las voces alternativas.

A pesar de ello, es digno rescatar a dos entes: la Asamblea de la Escuela de Historia de Universidad Nacional, y la Comisión Compartida de los Estudios Sociales y la Educación Cívica de la Universidad de Costa Rica, a la que pertenezco, que han sabido manifestar su posición contra alas manipulaciones del nuevo plan de estudios.

Los fuertes pronunciamientos de la  Escuela de Historia de la Universidad Nacional  y de la Comisión Compartida de Estudios Sociales y Cívica han sido contundentes en desestimar la nueva reforma.  Y han dado paso  en colaborar con la reforma educativa.  A este esfuerzo ha surgido un inédito movimiento de profesores de segunda enseñanza, sindicatos y asociaciones que se han ofrecido en participar en un verdadero proceso de reforma curricular,

En España el verticalismo neoliberal y sus manipulaciones cedieron…. En Costa Rica queda todo un espacio para ver cómo se moverá la institucionalidad educativa.   Lo anterior, abre un nuevo escenario para revertir la privatización de planes de estudio, asesoramientos, impresión y creación de libros de texto y bueno retornar a la idea de una educación pública de calidad, como realmente se merece este país.



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