viernes, enero 31, 2014

No hay que temer a la participación en una reforma curricular en educación: Costa Rica se merece el debate y buenas propuestas para tener una educación pública de calidad y capaz de enfrentarse a los retos actuales.




Hoy me llegó el oficio GF-48-1-2014 de la Escuela de Geografía de la Universidad de Costa Rica, fechado el 27 de enero de 2014,  donde se le solicita al Consejo Superior de Educación de Costa Rica una copia del documento oficial  del programa de Estudios Sociales que manejan los funcionarios del MEP para ser "analizado en nuestra unidad académica como parte de las disciplinas medulares de los Estudios Sociales. Esta petición se arraiga en el hecho de que hasta el momento careemos de la versión oficial..."  
  
Lo anterior me ha llevado a reflexionar como en los últimos 30 años, de los muchos problemas que ha afrontado la sociedad costarricense, uno de ellos ha sido el miedo a una verdadera participación y debate. Tal vez, ese miedo sea producto del discurso individualista, mercantilista y cosificador emanado de los intelectuales orgánicos, políticos, generadores de opinión oficialista y tecnócratas, el cual se acompañó de una satanización a la participación de los diferentes sectores en el quehacer público e incluso responsabilizándolos de todos los males de la sociedad actual.   Por ello y ante el miedo de las clases sociales políticas y dominantes a una verdadera participación ciudadana ellos recurrieron a grandes consultorías de tecnócratas para que dirigiesen el país.  Generando por cierto grandes investigaciones por corrupción.  Aspecto que se puede leer en cada uno de los procesos así realizado. 

Las grandes reformas en estos años han estado marcadas por la opacidad, los acuerdos debajo de la mesa y en discusiones que se alejan cada vez más de la sociedad civil.  

Hoy cuando se discuten diversas reformas educativas en especial, la de la enseñanza de los estudios sociales, una de las características  ha sido alejar a los principales actores educativos: las universidades estatales, los sindicatos, asesores del Ministerio, profesores, especialistas y a la sociedad en general.  Tal omisión esperamos que sea una simple imprevisión o ligereza.  Y de ahí, la importancia de la petición de la Escuela de Geografía de solicitar una participación activa.

El error, es posible subsanarlo para dar paso a una verdadera trasparencia de una reforma esencial del sistema educativo.   Así esperamos que el debate surja, que se clarifiquen los procesos de diálogo, participación, formulación de la propuesta, la validación y desde luego la evaluación de todos los procesos.   Ello generará un sano debate, como debe ocurrir en cualquier reforma. 

Muy mal empezaría la reforma del MEP a los Estudios Sociales satanizado a los que han pedido la palabra.   Por ello, es deseable que el MEP no use descalificaciones ad hominem contra los docentes del aula, las universidades, asesores, sindicatos y demás actores del hecho educativo  responsabilizándolos de todos los males de los programas y la realidad educativa, ignorando olímpicamente el concepto de historia dominante, los porqué de la filosofía positivista e ideologizante de los programas, los males estructurantes del sistema educativo, las dificultades docentes, la falta de recursos a los profesores, las condiciones sociales y económicas del estudiante, la descarada privatización de todos los procesos de elaboración de currículos, capacitaciones, la renuncia a una educación  pública de calidad …. En fin omitir todo para culpar a los docentes dejando de lado lo importante.

En días recientes, profesores, sindicatos, asesores, historiadores, geógrafos, curriculistas, entes universitarios  se ha manifestado en contra de los nuevos programas de Estudios Sociales propuestos por el Ministerio de Educación (MEP) los cuales han encontrado serios errores conceptuales, históricos, geográficos e ideológicos.  Las críticas desarrollados por ellos se han formulado en distintos espacios que van desde las redes sociales hasta cartas formales.

Los nuevos programas evidencian serias inconsistencias, que ciertamente rompen con la perspectiva histórica o geográfica, dominadas por unas Ciencias Sociales, que prescinden de ellas.   La lectura de los  nuevos programas revela la urgencia de que tengan al menos una bibliografía básica, más allá de los organismos internacionales, organizaciones no gubernamentales es fundamental, pues se requiere un conocimiento académico, pedagógico, disciplinar y trans disciplinar, aspecto que  se desconoce por los técnicos.

Las oportunidades están abiertas para que el Ministerio de Educación se abra a un gran debate.  Los nuevos programas deberán superar los enfoques tradicionales de la enseñanza de la Historia, la Geografía y la Cívica, y la burda ideología neoliberal o hegemónica para crear ejes problemáticos que permitan formar ciudadanos, propositivos, críticos y con una visión de compromiso social.

Los nuevos programas deben dejar de dar la visión acrítica e idílica de la Costa Rica liberal, las visiones ideologizantes de los liberales,  y en su lugar fomentar análisis, la visión ciudadana, el uso de las herramientas que da la historia, la geografía y las Ciencias Sociales, como se planteó en 1958.

Los defensores del estatus quo están preocupados por que la reforma sea participativa, abierta, con actores que se han ofrecido a colaborar deben replantear sus posiciones más abiertas al diálogo y al debate.  El común denominador de muchos de los que han solicitado la palabra en esta reforma es la  conciencia del riesgo que implica tener en las aulas unos estudios sociales o unas ciencias sociales sin la historia y la geografía.   El proceso de enseñanza aprendizaje formando ciudadanos pensantes, humanos y conscientes de su realidad socio cultural, económico e histórico exigen una modernización de todos los procedimientos educativos.   Para que temer… cuando todas las oportunidades están abiertas para un verdadero cambio curricular
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1 comentario:

Anónimo dijo...

estoy de acuerdo con la necesidad del dialogo que incluya todas las parte. es necesario que todas las partes involucradas se den cuenta de lo degradante que pueden llegar a ser estos programas, no solo nosotros como docentes, sino los padres y estudiantes,ya que se evidencia que el fin ultimo es lograr que las personas no critiquen, no reflexionen, no juzguen, sino que acepten lo que viene solo por que si y no conozcan las grandes luchas sociales, y los eventos historicos que marcaron al mundo. y que hoy inspiran a miles para luchar por algo mejor. además el conocimiento del mundo debe ser general aunque si bien los jovenes no lo comprenden del todo esto les ayuda para entender todo lo que sucede social, política y geograficamente. quitarle la oportunidad de entender el mundo es una forma de control y debemos de evitarlo.