lunes, enero 06, 2014

Una filosofía de educación histórica.




En la década de 1980, en Costa Rica y en el área de las historia, las principales universidades publicas fueron formando una nueva camada de historiadores profesionales.   Algunos de ellos se auto titulaban nuevos historiadores, mientras otros rehuían auto encasillarse.  

En ambos casos, hubo profesores que estuvieron dispuestos a ejercer la tarea de maestros.   En sodas como la Guevara (UCR) y la mantecosa (UNA), distintos profesores se reunían a tomar café con sus alumnos (as); se debatía lo que no alcanzaba a discutirse en las lecturas de clase; se proponían nuevas agendas de investigación, y se recurría a la amena tertulia de los problemas nacionales, centroamericanos y mundiales.  Además de ello, los docentes no tenían en reparo en prestar sus bibliotecas personales para que cada estudiante se reuniera; usar el dinero de su propio peculio para publicar libros, revistas, folletos; traducir libros y artículos del francés y el inglés para que los estudiantes pudiesen acezar al conocimiento histórico.

Algunos de los docentes se unieron con sus estudiantes en proyectos de discusión académica y política, formando escuelas de pensamiento, agendas de trabajo y principalmente espíritus de colaboración.

Ciertamente, mientras eso sucedía ocurrían combates de ideas, entre comunidades científicas y entre personas.   Se dice, entre los discípulos del maestro Ciro Cardoso que este siempre señalaba que en Costa Rica los conflictos académicos ocultaban rencillas personales.  Hipótesis que de vez en cuando parece ser cierta.

A pesar de los intempestivos arrebatos  y conflictos que devienen de vez en cuando, debe recalcarse el poder positivo de los docentes formadores, los cuales han fomentado más la unión y el trabajo colectivo que el individualismo y personalista.  

La era del internet posibilitó que esa filosofía colaborativa se desarrollase a través de repositorios Dspace, Moodle, Droppox, Drive y One, entre otros, usando ingeniosamente Academia.edu, Scribd, Free-ebooks y otros sitios de libre acceso.  Las Tics en historia acortaron distancias y fortalecieron la colaboración social y academia

Pero a pesar de todo ello, siempre es oportuna una taza de café, la tertulia y el debate bien entendido, puesto que  son hoy por hoy más que necesarios.  Así a par de las chat, foros, redes sociales y académicas, y las plataformas de trabajo colaborativo en línea debe seguirse creando la cultura del diálogo y el desarrollo del pensamiento crítico y propositivo en forma colectiva.   Seguir el ejemplo de los maestros es nuestro mejor tributo a ellos y a su labor.







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